julio 02, 2011

Hoy

¿A quién tengo yo en los cielos sino a ti?
    Y fuera de ti nada deseo en la tierra
Mi carne y mi corazón desfallecen;
    Mas la roca de mi corazón y mi porción es Dios para siempre.

Salmo 73:25-26

Estas fueron las palabras que Él trajo a mi corazón hace unas horas. Asaf tenía razón. Fuera de Dios, nada somos, nada tenemos. Y pensaba en que definitivamente sin Él, todo me falta.

Desde ayer Dios ha estado confrontándome con muchas cosas de mi vida que me rehusaba a aceptar, que pensaba que ya había superado. Nuevamente me llevó a darme cuenta de mi gran necesidad de Él, a reconocerme débil y aceptar mis faltas, y al mismo tiempo reconocer su gracia, su bondad. Pude ver su rostro de amor, mirándome con misericordia, secando mis lágrimas y levantándome.

Y es que es bien fácil perder la vista, perdernos entre lo efímero y banal. Es bien fácil dejar de mirar hacia la cruz, dejar de cargarla, detenerme y no seguir sus pasos.

Hoy me llevó a darme cuenta en cómo he intentado llenar mis vacíos con hoyos, me enfrenté con la necesidad. Y fue ese momento donde vinieron esas palabras a mi mente “fuera de ti nada deseo en la tierra”. Me preguntaba si en verdad podía hacer mía esa frase en este momento de mi vida y me decepcioné al ver lo difícil que me resulta aplicarla.

A veces deseo tantas cosas, cada día me invento “necesidades” nuevas. No he dejado que Él llene mi vida absolutamente, pues intento llenarla con dioses que, lejos de llevarme a vivir en plenitud, solo han desencadenado sentimientos y pensamientos perjudiciales. Sin embargo, ha sido a través de las pérdidas, del dolor, de la insatisfacción que he podido reconocer mi humanidad y la necesidad primordial de mi vida: Jesucristo.

Con cuanto amor puedo sentir que me llama, que me atrae hacia Él, que me dice: “Ven, he estado contigo cada día, en tus luchas, en tu risa, en tu dolor y en tus alegrías. Te he visto llegar por las noches y he esperado platicar contigo, más al ver tu cansancio te dejé descansar, sólo me pediste fuerza y te la dí, sólo porque te amo”. Y si hago memoria, ahí ha estado todos los días conquistándome a través de su creación, al ver el sol, al poder disfrutar de la sombra de un árbol, al sentir la lluvia, cada día busca la manera de ser Él el dueño de mi corazón. Sé que me ama, que me busca y se acerca a mí. Y yo sé que le he rechazado, que paso de largo y volteo el rostro… y ahora sé lo que debe sentir al ver mi rechazo, hoy sé qué se siente buscar a quien amas, buscar comenzar de nuevo y obtener la indiferencia. Hoy le pido perdón.

Hoy aprendí una lección. También lloré. Entendí que es celoso y que anhela que yo le anhele solamente a Él. Aprendí también que, a partir de que Cristo nos transforma en nuevas criaturas, sólo es el comienzo de la preparación para el día en que le veamos frente a frente. Entendí que me pueden faltar muchas cosas en un sentido terrenal, pero que el tenerle a Él, con todo lo que eso implica (reconciliación, salvación, vida eterna y plena) es suficiente para continuar mirando hacia adelante, a anhelar regresar a mi verdadero hogar, a esperarlo cual novia enamorada que desea ver volver a su amado y estar junto a él para siempre. Simplemente porque sé que sin Él, todo me falta. 
  

mayo 30, 2011

post data

p.d 1: Creo que me quejo mucho
p.d 2: Pienso en cómo traducir todo el choro anterior en acciones concretas en mi vida cotidiana.

Catarsis

Hoy me siento incomprendida. Así comienzo la semana.
Por eso titulé esta entrada catarsis, sólo escribiré algunas ideas que necesito expulsar de mi mente, aunque  muchas de ellas no estén completas o no haya conexión entre una y otra. De antemano una disculpa si escribo alguna incoherencia. Gracias por tomarse tiempo para leerlas.

Pienso en las miles de variaciones de tonos verdes que se pueden encontrar en un solo árbol, aun cuando todo nos parezca un solo verde.

Pienso en la diversidad de pensamiento, en lo aburrido que sería que todos pensáramos igual.

Todos somos parte de realidades distintas, lo que determina la expresión y perspectiva de las personas.

Pienso en cómo el Evangelio responde a una sola realidad global (la condición de la humanidad en un mundo caído) y a la vez es correspondiente a personas con diferentes necesidades, de diferentes caracteres, de diferentes países y diferentes realidades.

Creo que las fronteras van más allá de los límites administrativos de un territorio. Las nuevas fronteras van de una mirada a otra, en la ropa que usamos, en la forma de hablar, al no hablar, al no escuchar.

Pienso en Jesús. Él era diferente. Sus actitudes radicalmente opuestas a los esquemas predominantes en la sociedad de su época.

Pienso en todas las personas que tenemos una relación personal con Dios. Cada relación es diferente, no es posible encajonar ni querer meter a las personas a nuestros moldes.

Por lo tanto, no somos nadie para juzgar al otro solo por determinadas conductas.

Me encanta cuando Jesús le dice a la mujer adúltera: "Ni yo te condeno, vete y no peques más"

Pienso en las diferencias más como en complementos que como contrastes excluyentes -y pido perdón si yo también he sido intransigente e intolerable a la diversidad de ideas.

Pienso que la mayoría de las veces queremos "evangelizar" a la gente echándole en cara sus errores, o chantajeándoles con el: "si no buscas a Dios te va a ir mal" (en términos económicos y/o sociales o no sé)¡Hasta cuándo! En primer lugar, nosotros no le buscamos, ¡Él nos busca!. Segundo ¿Cómo nos busca? ¡Pues a través de las relaciones humanas! (Por pura gracia y no significa que seamos indispensables)
Jesús nos envía a presentar el evangelio de Salvación, nos invita a invitar a otros a conocerle a través de Su Palabra, y no a través de lo que hizo conmigo o con otras personas, y digo, al final también es válido testificar y contar lo que ha hecho con nosotros, pero no encajar situaciones personales a los demás (y vuelvo a lo de la diferencia, él se acercaba a diferentes personas, de maneras diferentes por que respondía a necesidades diferentes)

No somos de este mundo, pero estamos en él, ¿Eso significa que no puedo llevarme ni hacer amistades no creyentes para no "contaminarme"? Entonces ¿Cómo llega el Evangelio a los emos, punketos, pueblos indígenas, funcionarios públicos, prostitutas, etc., etc?
Jesús buscaba a la persona, no su etiqueta social.

Me encanta leer y conocer a un Jesús que huía de ser como un "rockstar" de su época.

Pienso en lo diferente que sería el mundo si como cristianos nos complementáramos en la diversidad cultural.

Pienso en la soledad, la frustración, el dolor, pero sobre todo, en el amor de Jesús al venir a un mundo al cual le parecía -y le sigue pareciendo- un ser incomprensible.

¿Qué hay de malo en no maquillarme? ¿Eso me hace diferente por que no me veo "tan señorita" o porque puedo decidir si usarlo o no? (No tengo nada en contra de quienes lo usan, a mí, simplemente no me gusta)

Pienso en lo mucho que me cuesta amar a mi prójimo con sus diferencias.

mayo 05, 2011

Cambio de piel

Quisiera escribir sobre muchas cosas, tantas, que se atoran entre mis dedos y no salen. Afortunadamente me encontré con esta rolita que no puede expresar mejor el feeling que traigo desde hace algunos días. Les comparto "Cambio de piel" de la Sariñana
El calor del sol
el dolor en los pies
tengo que acostarme
nada que perder.

El amor que dejé
La familia atrás
El secreto que guardo
No descansaré
se que llegaré.

Camino lento
lo que soy se va descociendo
las raíces quedan al centro
lejos de aquí
estrenaré
cambio de piel

Los estragos del tí
la pérdida de fe
tengo que concentrarme
no descansaré
se que llegaré

Nunca supe qué estaba bien o mal
pero siempre es facil dejar atrás
si lo que me llama es un lugar
¿Cuánto faltará?
http://www.youtube.com/watch?v=NTa3l-e5A4g

marzo 09, 2011

Gracias

Gracias por estar aquí
Gracias por dejarme saber que no estoy sola
Gracias por darme vida, porque puedo caminar, moverme, respirar
Gracias por Tu amor
Gracias por el sol, el viento, el mar, porque en ellos veo Tu grandeza y Tu misericordia
Gracias por los amigos, por esos ángeles que pones cada día en mi camino
Gracias por el alimento, por el sustento diario
Gracias por ser Tu mi alimento, porque tu Palabra es Pan de Vida
Gracias por las risas, por las alegrías
Y aún más por las tristezas y las lágrimas, porque a través de ellas me transformas
Gracias por la Cruz
Gracias por el perdón
Gracias por la libertad que recibo de ti a través de Cristo
Gracias por la Esperanza, ¿qué sería de mi vida si no tuviera esperanza?

Gracias por todo.

febrero 14, 2011

Jesús presente (Parte 2)

Prosigo con la narración de las experiencias vividas el fin de semana pasado.

El viernes estuve en el inicio de dos células: la de FCAS e Idiomas, ambas de la Universidad Veracruzana en Xalapa. Al término de la célula de Idiomas nos fuimos a tomar un rico cafesito de olla en un restaurant muy coquetón que está frente a la facultad. Me senté junto a una de las chicas que ha estado asistiendo constantemente a la célula y comenzamos a platicar. Me contaba sobre su experiencia en un retiro al que asistió la última semana del 2010. A medida que avanzaba la plática mi sorpresa iba en aumento, a la vez que mi alegría y agradecimiento a Dios. Todo ese tiempo de retiro se enfocaron en conocer a Jesús, su vida, su obra y su propósito (lo cual me recordó, otra vez, los días que en Campus Kennington estudiábamos el evangelio de Marcos). Me decía que también tuvieron muchos tiempos de estar en silencio, algo que con frecuencia nos hace falta: callar y escuchar, al otro, a Dios.
Mencionaba que abordaban temas como el llamado, y le preguntaba lo que eso significa para ella, a lo que respondió: "Para mí el llamado es la invitación que Cristo te hace para seguirle, la invitación a negarnos a nosotros mismos"...mi cara fue de !Oh guau! En la actualidad, "negarnos a nosotros mismos" no es una frase muy atractiva para el mercado religioso.
Otro punto de la plática fue sobre la transformación que Cristo hace en nuestras vidas y de cómo influye en nuestra manera de vivir, el impacto que el cristiano tiene en la sociedad. Hablábamos sobre algunos proyectos que se realizan cada verano en Compa junto con Amextra y de cómo a través de esas actividades somos transformados a la vez que sensibilizados ante la realidad que vivimos en nuestro país, somos confrontados ante la necesidad del evangelio de Jesucristo en aquellos lugares marginados a los cuales, muchas veces nuestra burbuja cristianoide no nos permite ir.

El centro de la plática fue Jesús y concluímos en eso, en que es necesario que nuestras vidas estén centradas en Él, en que Él tome el trono de nuestros corazones, en que Él sea nuestro modelo a seguir y que eso tenga repercusiones a nuestro alrededor.

Salí del restaurant, pues iba a reunirme con unos amigos de mi generación. Llegué a casa de uno de ellos y comenzó lo que sería la segunda mejor plática de ese día. Al inicio hablábamos de la alegría que nos generó ver cómo la ciudad de Orizaba se está transformando en un lugar más habitable y amable. El peatón se ha vuelto importante y el espacio público está tomando fuerza como lugar de reunión e interacción. Contrario, le comentaba, a Coatzacoalcos, donde el centro ha dejado de ser centro, pues ahora son los grandes centros comerciales quienes se han apropiado del término, y no nada más geográficamente, sino en términos sociales y desde luego económicos. El centro está muriendo.

También tocamos temas como corrupción y abuso de los recursos naturales en las construcciones y a medida que avanzaba la plática buscábamos las causas de esos desequilibrios. Concluímos en que es necesario un cambio de mentalidad y, como consecuencia, de actitud. Pero ¿Cómo podemos hacer ésto? Ahí fue mi oportunidad de sacar a la luz el evangelio de Cristo.
Mi amigo se considera una persona antireligiosa y muchos de los argumentos que me da para serlo me parecen muy válidos. Sin embargo, pude hablarle no de religión, sino de cómo Cristo transforma la mente y el corazón del hombre,  de cómo es solamente a la luz del evangelio de Jesucristo que podemos comprender las fallas en nuestras relaciones personales, con la misma creación y por supuesto, con Dios.
Me encantó cuándo me dijo: " Si, efectivamente estoy en contra de muchas cosas de las iglesias e incluso de la gente que asiste a ellas, pero sí debo reconocer que si todos siguieramos el modelo de vida que llevó Jesucristo, éste mundo sería mejor". Una vez más mi cara fue de ¡Oh Guau! y me preguntaba ¿Acaso todos los que nos decimos ser cristianos estamos concientes de lo que significa seguir a Jesús como ejemplo? ¿Estamos dispuestos a llevar vidas tan radicales como Él?
Otra vez llego a la conclusión de que Cristo, sólo Cristo y nadie más que Cristo es el único quien tiene el poder de transforma la mentalidad y que, por lo tanto, el evangelio tiene implicaciones tanto espirituales como sociales, éticas, ecológicas, psicológicas... Así es como la misión se vuelve integral.

La plática culminó centrada en Cristo. Jesús estuvo presente.

Jesús presente (Parte 1)

Concluyo el fin de semana resumiéndolo en ésta frase: "Jesús presente". Y con ésto me refiero a que durante éstos tres días hubieron tres situaciones que me impactaron, me dejaron con un buen sabor de boca y con una mega sonrisa: Jesús fue el centro de ellas.

Comenzaré narrando lo que sucedió hoy.
Por la mañana regresé de Xalapa. Busqué en internet "iglesias cristianas en el Puerto de Veracruz" y encontré una presbiteriana que queda muy cerca de donde estoy viviendo. Me fui caminando y llegué. Comenzó el servicio, muy similar al de mi congregación de Coatzacoalcos. Hasta antes de la prédica todo me pareció normal, pero en cuanto el pastor empezó a hablar, las cosas cambiaron. La reflexión estuvo basada en el evangelio de Juan 3:1-21 y la resumiré en algunas frases.

- "Hermanos, la religión no salva"
- Dios busca a los religiosos para convertirlos en cristianos
- "¿Nos estamos acercando a Cristo por el regalo de la salvación? Ojalá que si hoy estamos aquí no sea porque nos sanó de una enfermedad, nos sacó de un problema, o nos dió un trabajo..."
- "Estamos hartos de religión"
- Efectivamente, la Biblia nos habla de religión. Santiago 1:27 "La religión pura y sin mácula delante de Dios el Padre es esta: Visitar a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones, y guardarse sin mancha del mundo"....¿Cuándo fue la última vez que platicaste con una viuda?
- "Se está diluyendo el evangelio de Jesucristo y estamos regresando al fariseísmo"
- "Lo opuesto al evangelio de Jesucristo no está en las cárceles, ni en los prostíbulos, sino en nuestras iglesias"
- Jesucristo vino a romper esquemas, a transformar las vidas y los corazones
-Las vidas Cristocéntricas generan una transformación integral, la religión sólo un cambio de ciertas actitudes.
- El activismo no es sinónimo de cristianismo.
-"Hermanos, ya no más vidas centradas en uno mismo, ni en reglas, sino en Cristo"
- Una vida en Cristo es una vida de paz (Y la paz no como la ausencia de conflictos, sino de saber que Cristo nos fortalece y nos da gozo en las dificultades)
- "Neguémonos a nosotros mismo y tomémos su cruz"
- El evangelio es salvación a través de Cristo.

    Por último, el pastor hizo una pregunta: ¿Recuerdas el día en que naciste de nuevo? En ese momento tuve un flashback y pensaba en la manera en que Dios ha estado obrando en mi vida. Me sentí como los discípulos, quienes en un principio no entendían exactamente quién era Jesús, sino que les tomó tiempo reconocerle como el Hijo de Dios, como el Rey, el Mesías. Recordé el momento crucial cuando entendí quién es Jesús, y eso no tiene mucho tiempo, tendrá escasos seis meses. Había estado casi toda mi vida asistiendo a una iglesia, me jactaba de estar metida en muchísimas actividades de ahí y de Compa, me daba aires de pureza y trataba de cumplir con una obediencia con la que sólo buscaba ganarme el favor de Dios, sin tomar en cuenta que sólo es a través de la fe en Cristo que somos reconciliados con Dios, no a través de nuestras buenas obras o de la cantidad de horas que le dediquemos al activismo religioso. El resultado de eso fue una enorme frustración y una terrible ansiedad, el querer tomar el control de mis acciones y no dejar que Cristo reinara en mi vida.
Empezar a estudiar realmente su Palabra fue el comienzo de esa transformación. Y Jesús mismo lo dijo: "Y conoceréis la verdad y la verdad os hará libres" (Juan 8:32). Su Palabra es la verdad. Al estudiar el libro de Efesios, Dios me ayudó a comprender la esencia del evangelio de Jesucristo, y ese momento crucial en mi vida fue el día en que entendí que lo que Él quería de mí era ocupar el trono de mi corazón. Y eso no sucedió dentro de una iglesia, ni en el éxtasis de un canto, ni en un evento de Compa, fue en la tranquilidad de una banca de Coyoacán, un domingo a medio día.

Después de evadirme por unos minutos recordando todo lo anterior, regresé a la iglesia. El pastor estaba haciendo una oración y me uní dándole gracias a Dios por la manera en que nos había confrontado Su Palabra. Le dí gracias porque encontré una iglesia local comprometida con la misión, (durante el servicio, hablaban sobre la labor de evangelización que están haciendo varios hermanos los sábados en algunas localidades cercanas a la ciudad). Me uní a la petición de que Dios siga levantando obreros, hombres y mujeres que proclamen a Jesús dondequiera que se encuentren.

Honestamente, no recuerdo alguna otra ocasión de mi vida en la cual haya salido tan contenta de la iglesia. Todo giró en torno a Jesús, a Su evangelio. No fue una plática más de superación personal ni tampoco de cómo podemos usar a Dios como un instrumento para tener lo que queramos. Se habló de lo esencial, Jesús estuvo presente.