mayo 30, 2011

Catarsis

Hoy me siento incomprendida. Así comienzo la semana.
Por eso titulé esta entrada catarsis, sólo escribiré algunas ideas que necesito expulsar de mi mente, aunque  muchas de ellas no estén completas o no haya conexión entre una y otra. De antemano una disculpa si escribo alguna incoherencia. Gracias por tomarse tiempo para leerlas.

Pienso en las miles de variaciones de tonos verdes que se pueden encontrar en un solo árbol, aun cuando todo nos parezca un solo verde.

Pienso en la diversidad de pensamiento, en lo aburrido que sería que todos pensáramos igual.

Todos somos parte de realidades distintas, lo que determina la expresión y perspectiva de las personas.

Pienso en cómo el Evangelio responde a una sola realidad global (la condición de la humanidad en un mundo caído) y a la vez es correspondiente a personas con diferentes necesidades, de diferentes caracteres, de diferentes países y diferentes realidades.

Creo que las fronteras van más allá de los límites administrativos de un territorio. Las nuevas fronteras van de una mirada a otra, en la ropa que usamos, en la forma de hablar, al no hablar, al no escuchar.

Pienso en Jesús. Él era diferente. Sus actitudes radicalmente opuestas a los esquemas predominantes en la sociedad de su época.

Pienso en todas las personas que tenemos una relación personal con Dios. Cada relación es diferente, no es posible encajonar ni querer meter a las personas a nuestros moldes.

Por lo tanto, no somos nadie para juzgar al otro solo por determinadas conductas.

Me encanta cuando Jesús le dice a la mujer adúltera: "Ni yo te condeno, vete y no peques más"

Pienso en las diferencias más como en complementos que como contrastes excluyentes -y pido perdón si yo también he sido intransigente e intolerable a la diversidad de ideas.

Pienso que la mayoría de las veces queremos "evangelizar" a la gente echándole en cara sus errores, o chantajeándoles con el: "si no buscas a Dios te va a ir mal" (en términos económicos y/o sociales o no sé)¡Hasta cuándo! En primer lugar, nosotros no le buscamos, ¡Él nos busca!. Segundo ¿Cómo nos busca? ¡Pues a través de las relaciones humanas! (Por pura gracia y no significa que seamos indispensables)
Jesús nos envía a presentar el evangelio de Salvación, nos invita a invitar a otros a conocerle a través de Su Palabra, y no a través de lo que hizo conmigo o con otras personas, y digo, al final también es válido testificar y contar lo que ha hecho con nosotros, pero no encajar situaciones personales a los demás (y vuelvo a lo de la diferencia, él se acercaba a diferentes personas, de maneras diferentes por que respondía a necesidades diferentes)

No somos de este mundo, pero estamos en él, ¿Eso significa que no puedo llevarme ni hacer amistades no creyentes para no "contaminarme"? Entonces ¿Cómo llega el Evangelio a los emos, punketos, pueblos indígenas, funcionarios públicos, prostitutas, etc., etc?
Jesús buscaba a la persona, no su etiqueta social.

Me encanta leer y conocer a un Jesús que huía de ser como un "rockstar" de su época.

Pienso en lo diferente que sería el mundo si como cristianos nos complementáramos en la diversidad cultural.

Pienso en la soledad, la frustración, el dolor, pero sobre todo, en el amor de Jesús al venir a un mundo al cual le parecía -y le sigue pareciendo- un ser incomprensible.

¿Qué hay de malo en no maquillarme? ¿Eso me hace diferente por que no me veo "tan señorita" o porque puedo decidir si usarlo o no? (No tengo nada en contra de quienes lo usan, a mí, simplemente no me gusta)

Pienso en lo mucho que me cuesta amar a mi prójimo con sus diferencias.

3 comentarios:

  1. Yo piendo que me encantó leerte y que he pensando muchas de las cosas que mencionas en tu "catársis", otras no, je. Te mando un abrazo amiga!

    ResponderEliminar
  2. Y así de quejosas y preguntonas como somos, Jesús nos sigue animando e invitando a compartir su Evangelio... ¡Él sigue confiando la misión en vasos de barro!

    ResponderEliminar
  3. entiendo tu catarsis...hay esos momentos, cuando alguien ajeno las provoca o nosotros mismos...

    me quedo con la frase: jesus buscaba a la persona, no su etiqueta social

    ResponderEliminar